Al ver las nubes grises deslizándose por el cielo, sabes que lo mejor es huir, pero quizás en busca de aventura te arriesgas y las retes. O tal vez sea porque no quieres dejar de sentir como ese sol calienta tu piel, aunque sea por un solo minuto mas. Sin embargo, no siempre puedes vencerlas. De pronto, dejan caer el agua sobre tu rostro, azotando gotas en cada uno de los centímetros de tu camino. Puede ser un aviso para que no sigas andando. Posiblemente, dentro de un rato, comiencen a tronar los rayos y tal vez es mejor que te des la media vuelta desde ahora. Quizás adelante lo único que habrá es un invierno frió y sin sol. Te encontraras en un sin fin de días grises, donde la neblina borra la delineación que le da forma a todo lo que percibes. Se borrara la sonrisa que le daba sentido a tu vida y te darás cuenta que es un dolor sin fin, que no hay ningún remedio y aprenderás que tienes que cambiar de sitio, buscar otro cielo sin nubes, donde haya un sol que te devuelva esa linda sonrisa.
"otras veces el amor va hacia su aniquilamiento y adopta otras formas negativas..."
-Vicente T. Mendoza
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