“Cada
vez que el mexicano se confía a un amigo o a un conocido, cada vez que se
"abre", abdica."
Al abrirte a los demás, los permites entrar a tu ser. Dejas que otra persona conozca lo que eres y quien eres debajo de tu mascara. Y tu ser, ya no es únicamente tuyo y privado, si no que esa persona en quien confiaste se vuelve un intruso de tu ser. Hay cosas que no queremos que el mundo sepa, cosas que guardamos dentro por el medio de que nos juzguen, porque nos da vergüenza, o tal vez son cosas que quisiéramos olvidar y nunca más recordar, mucho menos platicarlo. Estas cosas que le escondemos al mundo, son algunas cosas que guardamos debajo de nuestras máscaras. Si algún día nos llegásemos a rajar, a abrir por completo y dejamos que alguien entre a nuestro ser, que pasara? A veces abdicamos, y confiamos en alguien, pero yo creo que nunca lo hacemos por completo. Siempre habrá algo muy nuestro que no queremos compartir. A veces hacemos una rendija en una parte de nuestra mascara, pero creo que siempre hay un poco más que escondemos. Un poco más que es solo para nosotros. Y esto, lo escondemos debajo de unas partes de nuestra mascaras que son permanentes y se vuelven parte de nuestro ser.
Al abrirte a los demás, los permites entrar a tu ser. Dejas que otra persona conozca lo que eres y quien eres debajo de tu mascara. Y tu ser, ya no es únicamente tuyo y privado, si no que esa persona en quien confiaste se vuelve un intruso de tu ser. Hay cosas que no queremos que el mundo sepa, cosas que guardamos dentro por el medio de que nos juzguen, porque nos da vergüenza, o tal vez son cosas que quisiéramos olvidar y nunca más recordar, mucho menos platicarlo. Estas cosas que le escondemos al mundo, son algunas cosas que guardamos debajo de nuestras máscaras. Si algún día nos llegásemos a rajar, a abrir por completo y dejamos que alguien entre a nuestro ser, que pasara? A veces abdicamos, y confiamos en alguien, pero yo creo que nunca lo hacemos por completo. Siempre habrá algo muy nuestro que no queremos compartir. A veces hacemos una rendija en una parte de nuestra mascara, pero creo que siempre hay un poco más que escondemos. Un poco más que es solo para nosotros. Y esto, lo escondemos debajo de unas partes de nuestra mascaras que son permanentes y se vuelven parte de nuestro ser.
P. 11 EL LABERINTO DE LA SOLEDAD. OCTAVIO PAZ
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